"TAZAS DE SEGUNDOS, RELOJES DE CAFÉ"

Significas tanto en mi vida, que no tengo suficiente espacio en una hoja para agradecerte tantos años de amor y noches de desvelo. Recurro a escribirte porque sé que de alguna forma te llegara. Son diez años, diez años que me han servido para darme cuenta de que me haces mucha falta, diez años para seguir esos consejos que alguna vez en secreto me dijiste. Diez años echándote de menos y deseando abrazarte. La vida se porto muy mal y te llevo antes de lo acordado. Siempre digo que si tuviera una segunda oportunidad te abrazaría hasta dejarte sin aire, dormiría contigo más horas de las que tiene un día. Limpiaste lágrimas de llanto y curaste dolores que creiamos imposibles. Tus calditos, tus bromas, cuantas veces soportaste que te pintara la cara mientras dormías. El papel de madrina y abuela no lo pudiste hacer mejor. Deberías estar aquí, te estás perdiendo muchas cosas. Sé que nos cuidas y que dejaste marcado el mejor camino para seguir creciendo y aprendiendo, y recuerdos que son par...

¿Tanto te costaba decirme que solo eras fiel a aquel faro donde habitaban nuestras almas? Perdimos el tiempo mientras buscábamos un instante en el que encontrar de nuevo la paz que nunca hallamos. Me hiciste feliz, pero volvían tiempos de guerra y no merecíamos ser peones de nuestra propia batalla. Tan fácil como hacerme volar, tan fácil como quitarme las alas.  No sé qué te hacía más cobarde, si quererme o soplar la vela que encendía nuestros reproches. Te nombré dueño de mi   mesilla de noche, donde guardaba mis ganas de llorar y mis deseos nocturnos que con el amanecer desaparecían. Tuviste tiempo para abrazarme pero preferiste arañar la herida    y dejar sin rumbo mi felicidad. Ahí tienes tu maldita soledad, espero que el guardián de la noche no incendie tus sueños y te deje desprotegido sin saber que hacer mientras llenas tu cama de un inmenso dolor