"TODOS VOLVEMOS AL RINCÓN DONDE ALGUNA VEZ NOS ESCONDIMOS DEL MIEDO"
Tan perdidos estábamos que por perder perdimos hasta la cordura. Llevábamos demasiado equipaje emocional encima y nunca fuimos capaces de vaciar el alma de dolor. Mientras tratabas de deshacer el nudo de las dudas, recitaste aquel poema que atravesaba mi piel cuando solo querías quitarme la ropa. Grité que tenía miedo y soltaste de golpe mi mano, dejando desnuda la realidad que tanto nos costaba ocultar cada catorce de febrero. Me gustaba jugar a encontrarme cuando escuchaba esas canciones que algún día fueron nuestras, cuando nos ganó el orgullo que después nos separó.