"TAZAS DE SEGUNDOS, RELOJES DE CAFÉ"

Ella, la chica de cristal, la de los sueños sobre el tejado, la del tiempo en constante revolución, la que para el reloj cuando el la mira.  Ella, la chica de las miradas que queman y al mismo tiempo curan.  Ella, la chica de la locura como forma de vida, la que pisa fuerte con su gran tacón. Ella, la de los besos a medio hacer, a la que parece que nada le ocurre, la que hace temblar el cristal de las copas cuando baila.  Ella, a la que parece que nada le importa, la que habla con dureza cuando se trata de injusticias, la que desborda los ríos cuando llora.  Ella, la de las heridas superficiales, la que oculta las grietas de su alma, la que hace relucir la tristeza cuando está a solas con la luna. Ella, es ella. La chica del semáforo en rojo, la chica del lazo rosa, la que siembra flores para que los demás caminen.  Ella, la chica de las borracheras en agosto, la que dibuja estrellas cuando ya se ha estrellado y nadie lo sabe. Ella, es ella. La niña adulta...

- Acabemos con esta guerra, antes de que este acabe con nosotros. -Le dije mientras hacía escombros con las sombras de nuestras peculiares ideas de que aún seguíamos queriéndonos. No va a volver, se marcha, nuestro compromiso se rompe… No podemos hacer nada más. Sigue soportando tu solo el peso de este conflicto, de las veces que nos hemos pisoteado y han caído reproches del techo con la cama a medio hacer. Para ser sinceros, nunca lo hemos sido. Nunca nos hemos quitado la soga del cuello, pero si hemos apretado el nudo. Un día estuve equivocada y me sentí ganadora, la líder de esta polémica que hoy nos absorbe y nos empapela con este fraude amoroso. -Estira bien la sábana, que no queden arrugas. -Me dice mientras me mira y hace un acordeón con mis proposiciones…

Logre tocar las estrellas salpicadas en tu espalda, los amaneceres entre tu cabello oscuro, la calma en tus ojos misteriosos. Logre ganar mis propias batallas, ejército contra guerreros manchados de pecados incurables. Pero nunca supe que eras el líder del batallón contrario, quien mandaba las órdenes de atentar contra el que podría ser mi triunfo. Peleamos a sangre fría, disimulando que te amaba sabiendo que uno de los dos expulsaría su último suspiro. Fuimos dos locos sin compromiso, dos enamorados que prometieron infinitos inexistentes, dos barcos anclados en pleno tsunami. Cuando por fin tenía el plan ideal, estalló de golpe la realidad sobre la mesa, reclamando su derecho a proyectarse, a inclinarse sobre nosotros. Tic tac, tic tac, ya era demasiado tarde, no había resurrección.  No quedaban horas en la despensa de la cordura, del sentido común. Obtuve las coordenadas equivocadas, armamento insuficiente, inútil, proyectiles sin plomo, sin el punto de mira correcto. Me ayudas...

Eres despertar, canciones a todo volumen, ascensores que suben y bajan mientras que, en pleno trayecto, entre sus cuatro paredes se escuchan en modo bucle conversaciones del porvenir, de besos que moldean. Eres luz, fuego que abraza, calor que quema. Eres exclusiva, palabras no dichas, silencios que salpican una y mil dudas existenciales. Eres y serás y, mientras eres, purificas, innovas, molestas, vienes y vas… Eres el cuarto menguante de más que a la luna le estorba, la camiseta que lanzamos una noche en pleno orgasmo. Y ahí está el pecado de dejarte ser, de no quitarte el antifaz de valiente, de dejar que no quieras cuando si quieres. Ahí estás tú, sin querer compromiso, queriendo gritar que amas, que te perdiste y que necesitas un tren que te traiga de vuelta. Ahí estás tú, pidiendo el pasaporte que te ayude a regresar, susurrando que te has chocado de frente con la verdad, con la cordura, y que has perdido el sentido de la realidad. Estás metido en toda poesía, en versos q...