"TAZAS DE SEGUNDOS, RELOJES DE CAFÉ"

Abrazos a cuentagotas, domingos que dolían y tu lejanía a un palmo de mi piel.  Entre el placer y la verdad había un eclipse solar. Me dolías tanto que, perderme era más fácil que dejarte ir. Ni detenerte serviría para regresar aquellas canciones que cada invierno olvidamos.  No existía lunar en tu espalda que no conociera, días en los que quisiera ser tus buenas noches y tu rincón donde descargar la alegría. No existía hueco donde quedarme, donde invadirte a solas, donde ser la llama que apagases con tu forma de respirar.  https://www.youtube.com/watch?v=UOPJO_4UueI

En guerra conmigo, a ratos, a solas, en silencio y con el tiempo pegando golpes a mi ventana. Mil nubarrones en la mente y en parón mis ganas de encontrarme. Desde tu perspectiva nada era igual, nada sumaba, nada importaba y eso nos impedía jugar sobre el mismo tablero. Aferrando mis domingos al lexatin de la mesilla. Odiando tus caricias de más a la copa y de menos a mi piel. En guerra conmigo y con tu sencilla forma de esquivar las balas.   Cuando salto me duele

Me gustaba mirarte de reojo, a escondidas entre las agujas del reloj, con mis dedos entre tus lunares y las sábanas tapando cada poro de tu piel. Me gustaba sentirte único, ser quien planease en cada amanecer el camino hacia tus labios.  Quería ser quien detuviera tu vuelo y trajera con ello la melodía de tus suspiros, el innegociable placer de escuchar tus latidos cuando la vida apretaba más de la cuenta. Quería ser tu último vals, tu forma de mimar la copa y el poso de tu pasado. No podía dejarte pero tampoco dejarme ir. Y te solté, pero antes me solté de cada escombro que dejamos y quizás ese fue el fallo que tantas horas del reloj vio. https://www.youtube.com/watch?v=bboUJ1oNkyg

     Tú y yo en aquel momento. Enamorándome a ratos de las costuras que forman tus heridas. Imaginando ser el vuelo perfecto con el que desenredar mis miedos y las sencillas ganas de poder estar contigo.       Siendo menos de lo que creía que merecía mientras intentaba reformar mis propias ruinas. Había encontrado entre tantas llamas los abrazos rotos que, en las largas noches de noviembre estaban reconstruyendo las piezas que alguien había dejado rotas.     Casi diciembre con dudas entre los dedos. Podría haber sido algo más, ese tiempo nuestro que dejamos escapar cuando dimos todo por hecho.       Necesitaba saltar, necesitaba saber que había alguien esperando a la salida del túnel. Pero, sobre todo, necesitaba de mí.  Quería anclar las incógnitas con las respuestas que nunca me dieron y sentir el vuelo, sentir el desorden que dejaste cuando menos lo esperaba.   https://www.youtube.com/watch?v=s8oanZmIXX...

Como a los pies de la cama o a unos escasos centímetros de tocarte y desnudar tu intrigante e inoportuna forma de besarme cada vez que intento esquivar los baches que nos hacen temblar. Seres inconformistas que alientan uno al otro a conocer a alguien mejor sin ni siquiera cerrar la puerta. Dándonos clases de cómo no huir cuando todo se pone feo, buscando soluciones que no vienen en ningún libro de instrucciones y para las que tampoco quisimos estar preparados.  Pretendimos en todo momento ser mejores amándonos de espaldas, tocando cada capa de la piel con los impulsos de nuestro propio latir. Todo quedaba escrito en los márgenes del pestañeo en el amanecer a oscuras sobre nuestros rostros, pero, nunca dimos el paso correcto, sembramos mil dudas y la insatisfacción del riesgo corrió por nuestra cuenta. Tan solo fuimos dos valientes proclamándonos reyes de nuestro propio delito.  https://www.youtube.com/watch?v=_e9Q19yX6XI

Entre la ropa doblada guardaba algo más que un abrazo y un sencillo beso de despedida que resultó ser eso, una despedida.  Sin dar explicaciones, sin derramar los te quiero que un día pensé que existían. Retomé mi vuelta al presente intentando buscar los fallos, las noches que quizás interpreté señales equivocadas.  Estaba enamorada y el no lo sabía, o sí. Me perseguía su sombra allá donde fuera.  Me tenía entre sus manos y era incapaz de pedirle que me soltara aun sabiendo que no nos teníamos. Necesitaba rescatar su perfume de entre las baladas nocturnas, necesitaba revolver el tiempo, manejar las agujas y ser yo quien marcara el tiempo. Entre la ropa doblada guardaba aquel abrazo que por un momento me devolvió a las profundidades de quien pensé que podría ser el hogar donde refugiarme del miedo, a quien poder liberar de las batallas que el destino nos tenía preparadas.  https://www.youtube.com/watch?v=BGgzeOQ6J8U

Te entendí, de verdad que lo hice. No consistía en elegir de quién enamorarme o a quién romperme el corazón.  Sí, romperme, porque, al final, fue el tiempo quien decidió que los errores se empeñasen en quedarse y no permitieran dejar jugar nuestras propias cartas. No era la subasta de cogernos de la mano y no soltarnos hasta en los momentos más duros, en los instantes en los que el suelo quemaba y las cortinas volaban al compás de la desesperación por salir corriendo de allí. No podía pedírtelo de otra forma, no podía enmarcarte bajo el complot del vuelo de las gaviotas que, si me dejabas, el lienzo que pintamos a solas cuando éramos uno despertando los misterios de la sinceridad, dejaría a mitad la historia de un algo interminable. Era una experta en callarme y no decirte que cambiar de escena era la súplica para no mirarte.  Era ideal mi idea de llamar tu atención con el juego de las fotos en blanco y negro como a ti te gustaban, con las canciones en vinilo y el vino en copa...

Lo más absurdo de todo es que, aún seguimos soplando las pestañas pidiendo un deseo.  Aún seguimos manteniendo el estado de luz roja por si aparece quien nos dejó a medias cuando todo parecía ir sobre ruedas. Todavía suena más absurdo escuchar la canción que duele cuando solo parece que se pronuncia su nombre y nos gusta machacarnos hasta romper el compás que dilató palmo a palmo el roce de nuestros cuerpos. Parece que ni a las 00:00h el reloj cumplirá el mayor de nuestro afán, de ese antojo por reservar la noche con la luna asomados a la pantalla del móvil intentando resucitar las citas que quedaron canceladas en el calendario del cementerio del nunca más. Ni intenciones ni ganas, ni te suelto ni me sueltas.  Eso era lo que me ataba al hecho de mirarte y verte en cada plan de futuro, en los atardeceres de agosto y en las canciones que calmarían cada pequeña esperanza. https://www.youtube.com/watch?v=RbKhONiUUe8

Nunca me preparé. Nunca, y eso que el destino me lo estaba avisando.  Tenía todas las posibilidades del mundo de terminar con el agua hasta el cuello y más de cien noches sin dormir con la luna colgada del techo. Cansados de hablar de cordura, de lo prudentes que éramos cuando sonaba nuestra canción y ante el mundo éramos dos extraños incapaces de pasar página. Desquiciados como si la vida fuese una, como si ante el amor los versos rompieran antes de ser escritos. Como si los atardeceres nos estuvieran mimando a nuestras espaldas y eso fuera la llamada para salir corriendo. Todo se escondía ante el silencio y las dudas, rompiendo con el hogar que habíamos creado a medias y que nunca fuimos capaces de cuidar. Estaba a punto de sonar la alarma, si, esa que pondría punto final y el parche que solo tapaba lo que nunca dejamos cicatrizar. https://www.youtube.com/watch?v=XVtxJW6kWTw