una libertad hecha pedacitos
Avanzó un paso hacia adelante intentando no perder el equilibrio, intentando recordar quién era, cuando ya había olvidado quien fue. Liberó espacio en su mente y capturó un momento que sería para siempre, aunque ya no recordara que significaba...
Manejó la situación esperando a que le indicaran donde debía ir y que debía hacer. Pero nadie estaba para ayudarle, solo el sonido de unos pájaros que volaban tristes en busca de libertad. Y de repente una explosión hizo que se elevaran sus sentidos, recuperando la memoria, estaba sola, todos habían desaparecido, no sabía qué pasaba. Buscó entre los coches, las aceras, y las casas de alrededor, pero nadie daba señales de vida. Encontró un mensaje en una pantalla de televisión plana, de la tienda que unía un colegio con una oficina de mensajería urgente. Mientras leía, sus ojos iban llenándose de agua. Un giro de ciento ochenta grados vació una ciudad donde la única habitante que había era ella. Esa fue la peor sensación que pudo tener, no sabía qué hacer. Buscaba si había alguien con vida, pero solo encontró una cápsula del tiempo, donde se hallaban restos de una familia, un libro que contaba una historia que explicaba lo que estaba ocurriendo. Esa mañana María había perdido todo, hasta el rincón que mas adoraba de su casa, donde mientras escribía contemplaba el fuego de su chimenea, donde perdió un día lo que más quería. Insertó el vídeo en el DVD y observó como pasaba su vida por delante, reviviendo sus años más felices, los más importantes. La mujer que hablaba en el vídeo era su madre, quien quería contarle el resumen de su vida, quería que María abandonara el mundo con una sonrisa eterna y con el recuerdo de una vida maravillosa, a pesar de su enfermedad. Esa noche María murió de cáncer, y no le dio tiempo a despedirse de la gente que quería. Pero llenó todo un mundo de magia, donde los magos eran esas personas que permanecían a su lado, donde la varita mágica era esa mirada que decía todo y que un día perdió su brillo.
Manejó la situación esperando a que le indicaran donde debía ir y que debía hacer. Pero nadie estaba para ayudarle, solo el sonido de unos pájaros que volaban tristes en busca de libertad. Y de repente una explosión hizo que se elevaran sus sentidos, recuperando la memoria, estaba sola, todos habían desaparecido, no sabía qué pasaba. Buscó entre los coches, las aceras, y las casas de alrededor, pero nadie daba señales de vida. Encontró un mensaje en una pantalla de televisión plana, de la tienda que unía un colegio con una oficina de mensajería urgente. Mientras leía, sus ojos iban llenándose de agua. Un giro de ciento ochenta grados vació una ciudad donde la única habitante que había era ella. Esa fue la peor sensación que pudo tener, no sabía qué hacer. Buscaba si había alguien con vida, pero solo encontró una cápsula del tiempo, donde se hallaban restos de una familia, un libro que contaba una historia que explicaba lo que estaba ocurriendo. Esa mañana María había perdido todo, hasta el rincón que mas adoraba de su casa, donde mientras escribía contemplaba el fuego de su chimenea, donde perdió un día lo que más quería. Insertó el vídeo en el DVD y observó como pasaba su vida por delante, reviviendo sus años más felices, los más importantes. La mujer que hablaba en el vídeo era su madre, quien quería contarle el resumen de su vida, quería que María abandonara el mundo con una sonrisa eterna y con el recuerdo de una vida maravillosa, a pesar de su enfermedad. Esa noche María murió de cáncer, y no le dio tiempo a despedirse de la gente que quería. Pero llenó todo un mundo de magia, donde los magos eran esas personas que permanecían a su lado, donde la varita mágica era esa mirada que decía todo y que un día perdió su brillo.
Comentarios
Publicar un comentario