Adoraba rozar su piel, adoraba compartir con él la luna, tocar con él las estrellas. Pero los recuerdos que me dejó ahora maltrataban mis sueños. Era la primera vez que me enamoraba de alguien y quería hacer de aquella relación un espectáculo de emociones, pero más bien fue una relación de la que partió el cariño. Apareció el engaño del que los dos fuimos testigos y no nos quedó más remedio que escapar sin compromiso. Nunca quisimos ponerle fin, pero la historia estaba acabada. Lo sentía, claro que sí, pero debía elegir entre la felicidad y él. Y me fui de aquel hogar dejando huellas, tantas como veces le dije te quiero. 





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