Querida Luna... ¿Te cuento un secreto?

Le suspiré a la luna un nuevo secreto antes de ir a dormir. Me contestó que me daría la libertad de ser yo o que me olvidara de ser feliz si seguía conquistando sueños de otros matando los míos. Pero yo quería ser la misma, pero también quería tener cerca millones de oportunidades para hacer feliz a los demás. Le volví a suspirar que no quería dormir, que quería seguir observando a las estrellas desde mi ventana. Me contestó, que las estrellas nunca me abandonarían, que ellas aunque estaban muertas, seguían brillando y que esa luz seguiría ahí mientras creyera en la eternidad.

-Pero Luna ¿Por qué tenemos que elegir siempre entre todo o nada? -¿Por qué no puedo tener todas las estrellas para mí si nadie más las quiere?

Luna, muy seria me respondió que nunca tendremos nada si lo queremos todo, que debemos compartir los misterios de la vida, para que lo que deseamos con fuerza algún día sea nuestro. Que las estrellas  comparten secretos y misterios, nombres y deseos. Que las estrellas no tienen dueño, porque cada uno de nosotros habíamos deseado tocar una, y que aunque inalcanzable, esa estrella seguía ahí.

-Luna ¿Te cuento un secreto? Cada noche intento que al día siguiente sigan ahí, para que cuiden de mí como yo hago con ellas. Buenas noches Luna.





Comentarios

Entradas populares de este blog

"Tan inocente el destino, que jugaba a ser amigo del fuego"

Tu boli

"AMOR A CUENTAGOTAS"