¿Y qué te dijo cuando quisiste borrar de aquel libro la huella que marcó un antes y un después? 
Que me seguía queriendo. Ni siquiera había caminado sobre mí, ni siquiera había detenido un segundo el tiempo para pensar si era su punto de equilibrio, pero sabía que si lo soltaba, nuestro mundo se desmoronaría. Estaba segura de que me quería, pero tampoco quería vivir soportando un golpe en la cara y más tarde escuchar que era su otra mitad. Una casa llena de rosas ¿Para qué? ¿Para luego enterrarme con ellas? Pero le seguía queriendo. Sabía que debía cortar aquella relación tóxica de alguna forma, pero tenía miedo y nadie podía escuchar cuantas veces pedía ayuda en silencio y mírame ahora... Rodeada de gente dándome el último adiós.





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