Intuía que aquel sol algún día dejaría de dar calor, que las olas se llevarían consigo el brillo de la luna, que aquella canción que ahora sonaba de fondo duraría un vals y separaría almas que nunca fueron fieles. Intuía que si apaga aquella última vela, otro deseo sería quemado antes de cumplirse, pero era nochevieja y las agujas del reloj que ahora cambiaban de año, debían continuar su marcha a la espera de que alguien diera cuerda a un nuevo amanecer.



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