"DESEMPOLVANDO RECUERDOS ME CRUCÉ CON LA RAZÓN"
Cartas sin remitente y canciones que mientras tanto
sonaban a despedida. No reclamaba ni siquiera un instante de atención o de
pasión sobre las sábanas limpias ni tan solo un abrazo como si se descorchara
la botella más fría de la nevera.
Estaba rota. Buscando sobre un mar de ácidos revolcones un flotador que me salvase a tiempo y, por primera vez, creí estar tocando el horizonte que, desde las orillas de mis lagunas, parecía estar tan lejos.
Estaba rota. Buscando sobre un mar de ácidos revolcones un flotador que me salvase a tiempo y, por primera vez, creí estar tocando el horizonte que, desde las orillas de mis lagunas, parecía estar tan lejos.
Creí en el fuego de las miradas, en la lluvia que acariciaba
los montes ya nevados. Creí ser la guerrera con escudos de acero capaz de desempolvar
aquellos sueños frustrados.
Seguía escribiendo cartas, esta vez sin mencionar al
destinatario, sería cosa del destino que, cada una de mis líneas diese con el
paradero de todos aquellos que alguna vez bailaron sobre mis pensamientos.
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