Entradas

Mostrando entradas de abril, 2017
Imagen
Intuía que aquel sol algún día dejaría de dar calor, que las olas se llevarían consigo el brillo de la luna, que aquella canción que ahora sonaba de fondo duraría un vals y separaría almas que nunca fueron fieles. Intuía que si apaga aquella última vela, otro deseo sería quemado antes de cumplirse, pero era nochevieja y las agujas del reloj que ahora cambiaban de año, debían continuar su marcha a la espera de que alguien diera cuerda a un nuevo amanecer.

"NO PROMETAS BAJARME LA LUNA SI NO QUIERES DEJAR AL PLANETA SIN LUZ"

Imagen
Nunca me alejé de ti, nunca apagué la luz para dejar a oscuras tus abrazos. Nunca le insinué a la luna un rato a solas. Nunca pensé que me dolería tanto que amaría más  mi soledad que a  tus besos. Pero era consciente de que el viento se burlaba  cuando pronunciaba tu nombre y pedía mi deseo de medianoche. Lo siento porque me tengo que ir, lo siento porque he de borrar tus huellas,  lo siento, pero medianoche se acerca y mi último deseo ha de conquistar las estrellas para que ninguna de ellas caiga. Lo siento, de verdad que lo siento, pero nadie dijo que una canción duraría eternamente. 

"NO ES NECESARIO OLVIDAR, SOLO DEJAR DE RECORDAR QUE CAUSÓ ESE DOLOR"

Imagen
Veía mi vida como una montaña rusa, con más bajadas que subidas. Nadie podía mantener sobre un dedo mi mundo ni siquiera convencer a mis oídos de que ser fuerte era el mejor regalo que me podía hacer.  Dañaba mis pensamientos ocultando aquellas inseguridades que el destino me había enseñado. Algo estaba claro, y era que estaba sola, nadie iba a darle brillo a mis húmedos ojos ni nadie iba a apagar el fuego que habitaba en mi interior. Aquel reloj me lo recordaba cada mañana, cuando las ruinas de aquellos abrazos rotos preparaban mi desayuno con unas gotas de soledad. ¿Dónde estaba él? ¿Dónde había guardado su plan de rescate? Sería verdad eso de que cumpliría su amenaza con un viaje de ida pero no de vuelta. 

"Cuando aprendas a quererme, habré cambiado tus besos por nuevos amaneceres".

Imagen
Eran las seis de la mañana y la lluvia que había traído aquel nuevo amanecer, invadía de desolación las sábanas entre las que me movía, tan finas como el papel de fumar. La habitación del motel donde decidí pasar la noche, había sido invadida por un olor a fritura.  Busqué un mapa de la isla y de los lugares donde se hallaban las huellas que los dos marcamos cuando solo éramos uno y coincidíamos en eso de que la eternidad nunca llegó a ser transparente. Que indecisa me encontraba y que reprochable podía sonar que lamentase aquellos desmadres porque sentía que él no me amaba. Había conseguido el récord en intentar hacerle feliz, pero siempre prefirió regalarme la espina y llenar mi alma de nudos,  que buscar la rosa más bonita, para fragmentar nuestro amor en una sola pieza. Sonaba egoísta que en ocasiones deseara ser  un ave y que cortase mis alas sin pedir permiso. Estaba condenada a sufrir injusticias porque su suma de infidelidades era el resultado que obtenía con...